viernes, noviembre 10, 2006

Territorio fractal

TERRITORIO FRACTAL; NUEVAS PERCEPCIONES DEL TERRITORIO.
Pablo Aranda Chepillo*

Introducción.

El ser humano es espiritual en sus actitudes y se acopla a los ciclos impuestos por fuerzas internas y externas que no domina; como los mercados, que están regulados, a su vez, por la oferta y la demanda, y responden a patrones emocionales más o menos estudiados durante el siglo pasado[1].

El territorio en tanto que depende de ese desarrollo económico y de las actitudes que tienen como reflejo y consecuencia dicha actividad, que otro tipo de seres en este planeta no han desarrollado, tiene como consecuencia una estructuración racional del espacio propio que se materializa en el sentido de la territorialidad. Impulso psicológico plasmado en muchas secuencias de los humanos como es la propiedad y la ordenación del hábitat que con el tiempo se conocerá como civilización y urbanismo. Por este motivo, los criterios de ordenación, la planificación de las infraestructuras de todo tipo, los límites administrativos (fronteras), entrarían en el terreno de la fractalidad social, política, y económica[2]. Es decir, intereses por los que no se rige la Naturaleza, si bien la Humanidad precisa obtener lo esencial del medio natural para tener éxito vital a partir de los elementos esenciales[3]. Ellos son necesarios para la vida y sobre la base de los mismos se ejecuta la acción de planificación. Así, no se puede hablar de un único modelo territorial, sino de tantos como hábitats en los que hubiera enraizado y socio-sistemas que hubiera desarrollado[4]. Desde ese principio básico de la planificación territorial se configuran innumerables métodos y técnicas para intervenir el espacio. Cada una de las civilizaciones en la tierra ha comprendido que la racionalización del espacio es vital para acrecentar exponencialmente los beneficios que conlleva manipular los procesos y vínculos intrínsecos de la espacialización (materialización, configuración espacial) de las sociedades. Así lo hicieron los griegos con un sistema de ciudades-estado; los romanos con un imperialismo fuertemente centralizado e incluso los estados modernos –entre ellos Chile- con normativas generales y específicas de planificación del territorio.

Territorio fractal; conceptos.

La fractalidad del territorio se puede determinar desde la definición de Benoît Mandelbrot[5] en 1975[6], donde define fractal como un objeto geométrico cuya estructura básica se repite a diferentes escalas. Esta propiedad de autosemejanza de los fractales es totalmente reproducible a una definición efectiva de la configuración de un territorio; es decir que la “disposición[7] situacional” se debe a las estructuras básicas tácitas (ADN territorial) que conforman el espacio.

Tales estructuras forman vínculos a distintas escalas -a las que llamaremos flujos- las cuales emanan hasta llegar a la escala geográfica (al nivel de observación de la planificación) donde son identificadas, clasificadas e intervenidas instrumentalmente.

Por cierto; la sociedad también tiene un comportamiento fractal. Inserto en nuestra temática, el desarrollo local desde un instrumento de planificación comunal, el caos que se genera entre las actividades y necesidades (por nombrar algunas atribuciones y funciones de las personas dentro de una comuna) de cada individuo se traslapan y forman cúmulos, los cuales a medida que aumente la entropía de estos (de las atribuciones y necesidades), se manifiestan en el espacio comunal, interviniendo en los flujos y configurando el territorio, sin que aquello sea intencional[8].

Para generar un ordenamiento territorial hay que tener en cuenta el ADN territorial. Esta alegoría con nuestro cuerpo, indica que todas nuestras características y cualidades se manifiestan desde una estructura básica- el ADN- y estas, a su vez, son homologables con la configuración territorial; además se puede inferir que una leve modificación a estas estructuras básicas, desencadena múltiples bifurcaciones y procesos retro-alimentadores en tales estructuras, conllevando a una diferenciación notable de las condiciones iniciales del sistema caótico territorial.

Por ello, es vital lograr determinar las estructuras básicas del territorio (ADN territorial). Desde la perspectiva geográfica, el ADN del territorio es la reciprocidad existente entre individuo y medio[9]. Las condiciones y características que presente tal reciprocidad se traslapará con otras reciprocidades y conformará las características y condiciones que presente el territorio que contiene dichas estructuras.

El ordenamiento territorial, como instrumento interventor del territorio, debe tomar en cuenta dichas estructuras básicas (la reciprocidad entre individuo y medio) para lograr eficazmente los objetivos propuestos en el instrumento.
Se infiere entonces, que el territorio fractal esta configurado por los vínculos existentes entre las estructuras base, las que funcionan como una red neuronal del territorio. Un acercamiento a este racionamiento y a los anteriores realiza Manuel Castells[10]:

“El espacio es la expresión de la sociedad. El espacio no es un reflejo de la sociedad, sino su expresión. En otras palabras, el espacio no es una fotocopia de la sociedad: es la sociedad misma (…) el espacio es un producto material en relación con otros productos materiales -incluida la gente- que participan en relaciones sociales determinadas [históricamente] y que asignan al espacio una forma, una función y un significado social"

Castells deduce que el espacio y la sociedad se conjugan para formar “territorio”, correlativo a los distintos niveles de vínculos entre estructuras básicas. Sobre las relaciones entre las estructuras básicas (la reciprocidad entre individuo y medio) Castells[11] coincide con la investigación al asignar características fractales a los flujos territoriales.

“(…) la hipótesis de que el espacio de los flujos está compuesto por microrredes personales que proyectan sus intereses en macrorredes funcionales por todo el conjunto global de interacciones del espacio de los flujos. Es un fenómeno bien conocido en las redes financieras (…)”

Tales flujos territoriales (ó las macro-redes de Castells) son las proyecciones de los intereses (cúmulos) de las estructuras básicas contenidas en el espacio. Una vez más se reafirma el estado fractal del territorio.

Comprender entonces que los criterios de ordenación y planificación del territorio como una fractalidad social, política, y económica y por ende una fractalidad territorial es establecer normativas, acciones y decisiones de intervención relacionadas al ADN territorial, que en este caso sería el ámbito comunal.

Para ello es de vital importancia observar y decodificar tales reciprocidades, logrando la sintaxis de un modelo fractal del territorio comunal, generando nuevas variables que ahora son invisibles en nuestra realidad sistémica lineal- newtoniana. Si sólo se planteara lo anterior, surgirían innumerables cuestionamientos relativos el “territorio fractal” y a la manera en que este contribuye al desarrollo comunal (inferencia esbozada en este escrito). La planificación en su esencia interviene “nuestra realidad conocida” o mejor dicho, interviene en lo que podemos “abstraer” y “modelar” de la realidad observada. De dicha pericia (empírica y adiestrada por años en los centros de estudio) se genera un modelo de realidad, que es intervenido mediante acciones en la medida que los instrumentos y el financiamiento lo permita. El modelo de realidad está establecido por la constitución política de Chile[12] la cual versa en el establecimiento de un estado unitario constituido por regiones que a su vez se divide en provincias y unidades locales llamadas comunas. Estas últimas se configuran con datos estadísticos que caracterizan la población que la constituye, además de los datos geográficos (clima, geomorfología, hidrografía, entre otros) y socio-culturales-históricos, entre otros datos “cuantificables/cualificables”. Esa es nuestra construcción abstracta del territorio.

Sin embargo, lo que se puede observar de un territorio son los vínculos entre individuo y medio; el ADN territorial. La forma de relacionarse y percibir tal reciprocidad es lo que configura un territorio. Esto rompe toda lógica administrativa, los límites se hacen cada vez más virtuales, donde los intereses (cúmulos) de las estructuras básicas territoriales son los que “fijan” los límites dependiendo de la entropía contenida por dichos vínculos. Un ejemplo de aquello es la relación entre las ciudades de Arica y Tacna (Perú). El vínculo de los intereses de las reciprocidades del ADN territorial son más intensos que con la Capital regional, Iquique, la cual por ley es el centro de gravitación regional (o polo de desarrollo); además de ser el centro urbano más grande de la región de Tarapacá.

El hecho de generar un modelo de territorio sobre la base de datos con índices a nivel nacional es alarmante, sumado a esto, un sistema de planificación homologable a todas las comunas del país es aún más impactante; sobre todo si partimos de la base de que cada sistema territorial es irrepetible e individual, como los seres humanos. El modelo fractal territorial busca esa característica única otorgada por su ADN y pretende, a partir de esa codificación, vislumbrar el entorno y por lo tanto, intervenir el sistema y llevarlo al tan ansiado desarrollo.
Volviendo a la percepción del territorio fractal, la primera impresión es catalogar dicha percepción como una construcción sobre la base de teorías físicas y matemáticas relativamente nuevas. Sin embargo, el investigador Ziley Mora (1995)[13] da cuenta que el territorio fractal ya era comprendido por los mapuche. El proverbio mapuche que encabeza este escrito resume totalmente dicha impresión[14]. Dicho pueblo versó sobre una concepción particular del universo, donde “habitar un cosmos sacralizado e interconectado entre todas sus partículas y planos de realidad”, establece un mundo orgánicamente ensamblado en su variedad de seres por si misma e idéntica hebra energética que “todo lo ha tejido”. Además todas las cosas, acciones, los seres y sus propiedades no son más que interminables réplicas o reproducciones de fenómenos que se están produciendo o se han producido en otro plano del cosmos. “Todas las mismas cosas se repiten en el espinazo de la vida”[15] sentencian los ancianos.

La realidad para los mapuches es esencialmente compleja, reconcentrada, múltiple, insondable en variadas dimensiones y auto-contenida en planos dentro de planos, mundos dentro de un mundo, tal como la metáfora de las cajas chinas.

Es conmovedor el sólo hecho de que la cultura mapuche tenga pericia de temas tan avanzados como ser mirar el mundo desde la segunda ley de la termodinámica, el caos y los fractales. El manejo de conceptos generados de la cultura quántica (que hoy toma más protagonismo en las ciencias occidentales) como las infra-partículas vibratorias, colocando la epistemología mapuche a la cabeza en áreas como los ecosistemas ambientales, y la comprensión de otras dimensiones, como la cuarta –el tiempo- que se curva hacia un atractor extraño –el presente dilatado- pudiendo manipular el entorno mediante tal conocimiento. A tan alto nivel llega la pericia que cronistas españoles y oradores mapuches dan cuenta de aquello, en la cual machis se materializaban en pájaros o proyectaban imágenes móviles de guerreros fantasmas (hologramas)[16] sobre las huestes españolas durante la guerra de Arauco.

El territorio fractal como un sistema en caos.

El sistema territorial es un sistema no lineal, por lo tanto es caótico. Las estructuras básicas territoriales interactúan subyacentemente manifestándose en acontecimientos supuestamente aleatorios[17]. Esta aleteoridad de los sucesos territoriales genera incertidumbre por los innumerables posibles escenarios de desarrollo, siendo esta lidiada por los planificadores a la hora de intervenir con los PLADECO. Para eliminar la incertidumbre en la planificación, el territorio comunal tendría que estar en condiciones de laboratorio, donde se puedan controlar las variables y obtener los objetivos deseados. Sin embargo, las condiciones de las variables no son de laboratorio y a pesar de los avances de la ciencia newtoniana, no se ha logrado erradicar la incertidumbre a la hora de planificar ni en nuestras vidas. La teoría del caos versa que la incertidumbre es un fenómeno que acompaña toda la vida a los humanos y que es imposible combatirla. Imagínese el sólo hecho de poder visualizar la evolución de una comuna desde sus condiciones iniciales. No habría necesidad de planificar –desde la actual metodología y punto de vista, por cierto- sólo se interviene para situaciones que se considerarían deficientes y críticas, además de maximizar los recursos de forma óptima. Empero, la incertidumbre es un fenómeno detestable, que se manifiesta a cada momento incluso antes de la muerte.

De los innumerables textos de planificación versan sobre la generación de procesos para la reducción de las incertidumbres para el desarrollo comunal[18]. Dichos procesos establecen que la selección de variables y su posterior análisis en la acción de planificar, reduciría las incertidumbres generadas por las innumerables bifurcaciones y procesos retro-alimentadores del sistema territorial, aunque el sólo hecho de que existan, hace impredecible a dicho sistema; es decir, no tenemos el control. La teoría del caos establece que es imposible tener el control de todo lo que pasa en el territorio, ya que este constantemente cambia, imposibilitando alguna manipulación o predicción del mismo. Para ello, se debe dejar de resistir a estos cambios –incertidumbres- y aceptar la impredecibilidad del sistema caótico en la naturaleza y en cada una de nuestras vidas. Al aceptar la incertidumbre –el caos- como algo inherente del territorio a planificar, aflora la creatividad de cada planificador para lograr los diversos estados de desarrollo tan deseados por todos, sin que esto se confunda con decisiones apresuradas o improvisadas para la planificación del territorio comunal. Cuando el control insistente desaparece y la creatividad fluye, aparece la mariposa de Lorenz. Percibir los pequeños detalles territoriales (las micro-estructuras de Castells, o las estructuras básicas de este escrito) vislumbramos que pequeños cambios tienen una gran resonancia en el sistema. Por ello se debe tomar atención a lo que no se puede modelar ni describir con las actuales metodologías geográficas –el ADN territorial- que mediante cambios sutiles provoque grandes cambios territoriales y de mayor impacto que un cambio revolucionario[19], drástico.

De lo anterior se puede inferir que generar un plan de desarrollo comunal, primero se debe aceptar la incertidumbre del devenir local, incentivar la creatividad de la comunidad y lograr el desarrollo mediante la intervención sutil del ADN territorial.

Aceptar que el sistema territorial es un sistema caótico, es afirmar que todo esta relacionado con todo; que alguna intervención, por insignificante que sea, puede aumentar la entropía del sistema generando las ya mencionadas bifurcaciones y rizos retro-alimentadores, cambiando constantemente las condiciones iniciales del sistema, echando por tierra el concepto de que las realidades son lineales y absolutas, ya que el futuro no es uno sino son tantos como el número de decisiones que se tomen desde el presente (desde el multiverso).

En resumen, el sistema territorial es el producto de los cúmulos de relaciones existentes entre individuo y medio –el ADN territorial- donde dichas relaciones son complejas y caóticas; ya que dicho sistema presenta características de autosemejanza en las estructuras básicas del territorio, las infinidades de relaciones existentes tienen la capacidad de auto-organizarse, y tienen un comportamiento estocástico, al ser sensibles a las condiciones iniciales.

Entonces, para la nueva perspectiva de la planificación comunal, las estructuras básicas territoriales serían el eje para abordar los distintos escenarios de desarrollo en la comuna; sin embargo, no se puede dejar de lado el desarrollo económico, pilar fundamental de los procesos de planificación que se ejecutan en la actualidad, que en otra ocación analizaremos.

* Licenciado en Geografía; Geógrafo (2006) PUCV.
[1] Lugaresaresti Joseba; “Sistemas Fractales, Caos y Holística en el Análisis Territorial: La Geografía”. Instituto De Geografía, Universidad De Barcelona (2004). Http://www.Livingstone-Globe.com
[2] Ídem.
[3] Aire, agua y suelo, más el catalizador fuego. (Nota de autor)
[4] La base del éxito ecológico de los humanos es su inteligencia y su capacidad de intervenir su entorno y el modo de plasmarla sobre el territorio se denominará urbanismo.(Nota del autor)
[5] “La geometría tradicional ha determinad que los objetos regulares poseen una dimensión entera; en la actualidad la geometría fractal puede aproximarnos a la determinación de dimensiones físicas efectivas, pudiendo adquirir valores fraccionarios.” Mandelbrot, Benoit (1984); The fractal geometry of nature. San Francisco, Estados Unidos (la geometría fractal de la naturaleza).
[6] Ver página 22, Capítulo dos del texto.
[7] Configuración territorial, redundancia gramatical.
[8] El común de la gente no percibe que todo lo que hace y no hace, tiene ingerencia notable en la configuración de su entorno. A esto se le denomina las sutilezas del caos. (nota del autor)
[9] Esencia de la ciencia geográfica. (nota del autor)
[10] Castells, Manuel; “El surgimiento de la sociedad de redes”, capítulo 6 el espacio de los flujos, http://www.hipersociologia.org.ar/catedra/material/Castellscap6
[11] Ídem.
[12] Se remite al tema de investigación.
[13] Mora, Ziley (1995). “La antigua visión indígena de la naturaleza como energía inspiradora en la fundación de una ética del ambiente”, Temuco, Chile.
[14] “Ngelay katrüdüngüalu” No hay nadie quién ataje el desorden. En la percepción ambiental mapuche de la segunda ley de la termodinámica. (nota del autor).
[15] Mora, Ziley (1995). “La antigua visión indígena de la naturaleza como energía inspiradora en la fundación de una ética del ambiente”, Temuco, Chile.
[16] Mora, Ziley (1995). “La antigua visión indígena de la naturaleza como energía inspiradora en la fundación de una ética del ambiente”, Temuco, Chile.
[17] Ver página 20 Capítulo dos del escrito.
[18] Ya que el plan (planificación) es la permanente y eterna angustia del hombre frente al mañana. Allesh, Rodolfo (1993). GEO442-00 Teoría de la Planificación. Instituto de Geografía PUCV.
[19] Este concepto se origina desde las ciencias exactas, según Cohen (1989) “el concepto de revolución surgió desde las ciencias (astronomía y geometría) y luego pasó al discurso de la transformación política y social, donde sufrió una importante modificación inicial (…) el concepto cambiante de la revolución volvió a las ciencias sociales (…) a los estudios sobre cambios científicos. Cita extraída de:
Buzai, Gustavo (1999); Geografía global, Lugar editorial, Buenos Aires Argentina.

Para citar: EVAPLADECO: Nuevos Escenarios de Planificación. PUCV 2006.

sábado, agosto 05, 2006

Región del Aconcagua.

REGIÓN DEL ACONCAGUA: Una de las nuevas regiones del país.


hace poco unos de los temas de discución entre porteños y aconcagüinos no es cómo distribuir las inversiones públicas en la región; sino la aparente independencia de la "Quinta región interior" (denominación desde Valparaíso al territorio Aconcagüino) a el funcionamiento, actividades y problemas de la Quinta región (denominación desde Santiago al gran Valparaíso).

Si bien, no hay que ser un genio para notar la disfuncionalidad de las medidas (y las estrategias) provenientes desde el gobierno regional hacia los intereses del valle del Aconcagua. Sin embargo, se discute el hecho que si es razonable que exista una sola administración, que guie en una sola estrategia regional a dos territorios diferentes con intereses distintos.

domingo, junio 25, 2006

Hacia las Nuevas Geografías



Preliminar:

"El dominio geográfico parece gigantesco igualmente
porque la geografía no puede, en definitiva,
definirse ni por su objeto ni por sus métodos,
sino más bien por su punto de vista" (01)


Sin duda, los geógrafos del siglo XXI siguen el la exploración del mundo. Si bien, no busca nuevos territorios como en el siglo XVI, la exploración está abarcando áreas de la ciencia nunca antes visto por la disciplina geográfica. El encuentro de la geografía con los nuevos paradigmas de la ciencia, genera nuevos cuerpos de conocimiento; retro-alimentando y redefiniendo conceptos y nociones que son propios a la ciencia geográfica.

Enfrentado ante estos nuevos modelos, durante una investigación sobre PLADECO, Sistemas complejos, Caos y la dimensión Holística fueron los conceptos que se repetían y que no lograba decantar; ¿Cómo asimilar dichos conceptos –y otros- a la geografía? ¿Por qué tomar conceptos ajenos a la geografía? Y si el marco conceptual la investigación se generaba sobre la base de dichos conceptos ¿Qué resultado arrojará dicha investigación?; Además de la duda principal ¿Qué tiene que ver los sistemas complejos, el caos y holística –entre otros conceptos- con la planificación, con el PLADECO?

Cuestionado –no sólo por mí- sino que también mis cercanos tenían serias dudas sobre el “éxito” de la investigación. Pero a pesar de todo pude realizar y llegar a materializar el estudio. De ella se generó dos conceptos (que a medida “avance” el (espacio)tiempo publicaré en este blog.) el territorio fractal (02) y la planificación caótica.(03)


A futuro, este blog mostrará artículos sobre caos y complejidad en geografía, además de discutir temas relacionados entre dichos conceptos y la disciplina geográfica.
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(01) Jean Dresch: artículo Géographie, en Encyclopedia Universalis, París, (escrito en 1971), citado por Alain Reynaud en “El Mito De La Unidad De La Geografía”, revista Geocrítica, Barcelona (1976).
(02) (03) Publicado en "Evapladeco: Nuevos escenarios de planificación" Valparaíso 1 Julio 2006.